Teología, Biblia y Fe.

Tanto Elisabet como María, tal vez no se imaginaron cómo cambiarían sus vidas al encuentro con Dios, y es que no tenemos nuestra vidas hechas de ante mano, el camino se va abriendo según andemos, Machado dijo: "caminante no hay camino, se hace camino al andar", ahora, nuestro andar es con Dios, quien traza vías que nos orientan, rutas por la que debemos seguir, una muestra de esto son las vidas de Elisabet y María, siempre teniendo presente, que "nada es imposible para Dios." Señor, sigue guiando nuestro andar! Amén.

te tiempo de adviento nos recuerda que somos testimonio de la Luz, no debemos confundirnos como suele suceder y creernos la Luz, pero tampoco vivir en la oscuridad de mensajes rígidos, llenos de formulismos, normativas, sin espíritu, sino como Juan el Bautista podamos ser testimonio en medio de la oscuridad llevando un mensaje vivo, preparando el camino de Jesús, pues ser testimonio de él es nuestra mision. Juan nos deja saber que Juan el Bautista se comprometió y cumplió su misión hasta el final, y que ahora nosotros debemos dar testimonio de Cristo, hasta el final. Señor, que podamos dar testimonio de que eres la luz! Amén.

Juan el Bautista predicaba el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados y decía que trás de él vendría uno más poderoso que bautisaria con el Espíritu Santo. El bautismo del arrepentimiento tocaba a las personas en su interior para vivir conforme a la voluntad de Dios, el bautismo en el Espíritu Santo, les haría experimentar la presencia de Jesús en sus vidas, siendo sus testigos y los prepararía para recibir la revelación de Dios y los guiaria para predicar las buenas nuevas del Hijo de Dios por doquier. !Dios, que el Espíritu Santo nos haga tus testigos! Amén.

Este primer domingo de adviento, Jesús nos exhorta a “velar”, con una actitud propia del que entiende y se responsabiliza de su vida estando atento y vigilante sabiendo que todo tiene su valor. “Velar” es como la brújula que orienta el hacia dónde seguirá nuestro futuro, ¿Cuántos desaciertos, desgracias o sufrimientos pudiéramos evitar si estuviéramos velando de acuerdo a las circunstancias? Que este Adviento nos haga “velar”, estando atentos a la vida y a cómo se desenvuelve la realidad, para transformarla, como signo visible y creíble de que estamos despiertos a la vida y a Dios. ¡Señor que estemos velando siempre! Amen.