Teología, Biblia y Fe.

Las personas cuando son encadenadas a algunas circunstancias, sólo pueden ser liberadas de la mano del Señor quien es el dador de la fé. La presencia de Dios en este pasaje de Mc. 5:21-43, se encuentra en la sanidad de la hija de Jairo y la de la mujer del flujo de sangre, dos momentos: el primero unido a la sinagoga, representa lo sagrado, y el segundo entre la multitud, que representa lo profano. El ministerio de Jesús no estuvo condicionado a estatus social, condición espiritual, género, raza o demás, lo que nos hace a todos receptores de la gracia de Dios, por medio de la fé en Cristo ¿Estamos siguiendo el ministerio de fé que él nos ha señalado Señor, que la fé que tu nos has dado trascienda en el cumplimiento de nuestro ministerio. Amén 

En estos tiempos donde la lluvia viene con tormentas, fuertes borrascas e inundaciones, nos encontramos preguntando por qué suceden estos desastres naturales que destruyen pueblos enteros y la muerte de muchas personas, tal vez nos encontramos preguntando: "Maestro, ¿no te importa que perezcamos?". En esos momentos no debemos atemorizarnos, perder la fe, ni desesperamos, Cristo, va con nosotros, él nos hará navegar trayendo la calma y nos hará arribar a puerto seguro, porque él es la calma. Señor, tú navegas con nosotros y traes calma a nuestra vida. Amen

Todo cristiano debe buscar hacer la voluntad de Dios, no por la fuerza o como una obligación, sino por amor a él, de esta manera rinde su vida por completo a servirle de forma incondicional, y para que esto suceda debes preguntarte, ¿Me identifico realmente con Cristo?, tu respuesta te mostrará si estás dispuesto a entregarle tu vida como lo hicieron sus discípulos quienes le seguian, su verdadera familia. Quienes que están dispuestos seguir a Jesús, no solo por un deseo pasajero que se confunda como incondicional, deben realizar acciones concretas que demuestren dicha disposición. Señor, que seamos tu madre y hermanos hasta el final. Amen