"¡Señor mío y Dios mío, exclamó Tomás.!" Juan 20:28
Tratando de imaginar el encuentro de Jesús con sus discípulos, después de su resurrección, encontramos que Tomas no estaba con ellos, pero cuando le dijeron, él respondió:_"Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y mi mano en su costado, no creeré_", de nuevo Jesús se presenta a sus discípulos y a Tomás diciéndole: _“Pon aquí tu dedo y mira mis manos; acerca tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino creyente”_ y él expresó: *_”Señor mío y Dios mío”_*. La confección de Tomás nos presenta el camino de la fe que consiste en el paso de no creer a creer. Jesucristo es nuestro Señor y Salvador, si realmente creemos esto tendremos vida eterna.
_Señor, que creamos en ti y demos testimonio de que vives para siempre! Amén._
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